Modelo de gestión y participación ciudadana +gP
La participación ciudadana, ese concepto tan en boga en el actual contexto de la gestión de la ciudades, busca lograr el desarrollo de los barrios y su espacio público desde la gestión de la comunidad, con el fin de lograr una planificación de sus propios espacios de manera equilibrada y acentuando sus anhelos, necesidades urbanas y socioculturales. Por su parte, el espacio público aparece como ese elemento esencial en el desarrollo de la vida de los ciudadanos, que por sus condiciones físicas, espaciales, simbólicas y representativas, testifica las condiciones de calidad de vida comunitaria, los escenarios de equidad urbana y de justicia social en los disímiles entornos presentes en la ciudad.
En el acelerado proceso de globalización que en la actualidad caracteriza la gestión de las ciudades, el espacio público como artefacto urbano, se ha convertido en un elemento imprescindible en la consolidación de las ciudades como referentes nacionales e internacionales en la gestión urbanística. Sin embargo, en este escenario las prácticas tradicionales de producción y gestión del espacio público, no siempre consiguen ser efectivas en la vía de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y promover un equilibrio entre el crecimiento natural de las ciudades y las anhelos e imaginarios de los ciudadanos. Esta divergencia entre la visión de la población y los modos de hacer tradicionales, en muchos casos decanta en conflictos sociales y urbanos, o bien, en una desafección tanto con la ciudad como las instituciones de la administración pública que ejercen la representación de los ciudadanos en la gestión de las ciudades.
Con todo lo anterior, nos preguntamos ¿cómo puede llegar a ser competitiva una ciudad diseñada con la participación ciudadana? y ¿De qué manera los proyectos de espacio público pueden encarar esquemas de participación ciudadana, sin caer en meros ejercicios de recolección de opiniones e información a usuarios?, y si ¿Puede la gestión y producción participativa del espacio público ser la respuesta para lograr ciudades socialmente justas, garantizando no sólo el derecho a la ciudad que marcan los diversos instrumentos y cartas de derechos, si no también responsabilizando a todos los ciudadanos con la formalización de la misma?
Desde la Fundación Soy más Ciudad, creemos que los modos tradicionales de gestión y producción el espacio público deben transmutar a nuevos esquemas que pongan en valor la experticia de todos los actores urbanos presentes en la ciudad (población, sector público, sector privado, tercer sector, etc.), como garantía para lograr ciudades socialmente sostenibles, democráticas, equitativas y justas, que respondan no solo a los intereses colectivos, sino a los nuevos escenarios que exige el cambio climático y la preservación de los recursos naturales de usufructo en los territorios urbanos.
Nos apoyamos en una metodología trabajo participativo, en cada una de las áreas que orbitan en la gestión y producción del espacio público (diseño, intervención, mantenimiento y dinamización). Asumimos como reto la innovación en un ámbito emergente y sensible con la visión social-comunitaria, en la transformación del territorio en cada una de sus escalas urbanas: calle, barrio, distritos, localidades y la ciudad en su conjunto. Apuntamos al desarrollo de proyectos de pequeño formato como estrategias de cirugía urbana que revienten rápidamente en el mejoramiento de las condiciones de vida urbana de las poblaciones locales. Pero también nos vinculamos a proyectos de mediano y gran formato que pretendan una mayor transformación sobre el tejido social y urbanístico de los barrios y la ciudad y que por su escala hacen más compleja, pero no imposible, la toma de decisiones colectivas. Nuestra metodología se fundamentada en la promoción del empoderamiento ciudadano en los procesos, asume dinámicas de formación, capacitación y sensibilización en pro de generar una actitud colectiva en la proyección de la ciudad y específicamente del espacio público.
Para alcanzar los objetivos, utilizamos una metodología de diseño participativo que hemos denominado +gP, centrada principalmente en lograr una mayor aportación de todos los actores responsables e involucrados en un determinado proyecto, plan o programa urbano en el ámbito del espacio público. +gP se centra en el diseño urbano participativo y se desarrolla mediante dos ideas principales: la incorporación de nuevos actores en el equipo de gestión y diseño del proyecto, y la idea de un objetivo compartido. Una especie de sociedad proyectual que pone al mismo nivel la experticia de todos los actores en la toma de decisiones.
Esto nuevos actores se convierten agentes estratégicos específicos en los proyecto, tales como los representantes de la función administrativa pública, y sobre todo los ciudadanos o personas, como primeros beneficiarios de las propuestas resultantes y cuyo papel en el proceso de diseño es el de “expertos en experiencia”. Los profesionales de lo urbano (Diseñadores urbanos, arquitectos, etc.), en este caso, aportan el recurso técnico y traducen y trasfieren los conocimientos y las herramientas adecuadas para potenciar, recoger, canalizar y dar forma a las ideas generadas conjuntamente por el equipo, es decir, por todos los actores participantes.
Paralelamente, la idea de asegurar un objetivo compartido es la base para alcanzar una comunión de ideas transferidas a la formalización de los proyectos, lo que es en sí, una de las principales diferencias con respecto a los métodos tradicionales del diseño de los proyectos urbanos.
